"No es suficiente saber, también hay que aplicar. No es suficiente querer,también hay que hacer" - Goethe

lunes, 9 de diciembre de 2013

“Soy el amo de mi destino soy el capitán de mi alma.”




Durante mucho tiempo no quise ser una líder. En general no tenía buena opinión de los líderes y por mis prejuicios, casi ninguno de los que conocí me caía bien. Hasta el día en que me pregunté ¿por qué es así? ¿Por qué no me gustan los hombres de mucha influencia, por qué siento la necesidad de obedecer a sus órdenes sin cuestionarlas, por qué me encuentro incómoda y hasta inferior a su lado y por qué la vida me empuja constantemente a situaciones que requieren tener habilidades y calidades de líder y yo por qué las declino una y otra vez? 

 

Decidí  indagar la razón, repasando mis recuerdos negativos y sacando a la superficie los patrones equivocados de mi infancia uno a uno, y al final conseguí encontrar la explicación que tanto buscaba. De manera inconsciente durante todo ese tiempo quería evitar ser como una persona muy cercana a mí, un líder innato de mi familia. Cuando era pequeña, todo lo malo que él hacía, lo atribuía al liderazgo y por consecuencia en el mismo tiempo fue incapaz de culparle por ello, diciendo que al fin y al cabo él no tenía la culpa de haber nacido con esa personalidad, no era responsable de ser líder. Me mentí para absolverle y al parecer en algún  momento de mi infancia identifiqué todo lo malo que veía en él con el liderazgo en general y empecé a crear mis propios acuerdos y creencias limitantes para impedir que un día me pueda parecer a él. Como me negaba a repetir cualquier comportamiento que le caracterizaba, prefería rechazar automáticamente todas las oportunidades relacionadas con la posibilidad de convertirme en una líder, que se presentaron en mi vida.

 

 
 
 
 



Más tarde reconocí que no debía vivir ni un momento más en aquella cárcel creada por mí misma, que obstaculizaba el logro de mis metas y me hacía sentir realmente mal conmigo misma.

 

Mi “auto curación” fue un proceso largo, porque entonces no tenía todavía las herramientas que me hubieran podido ayudar a acelerar el tiempo de la transición. En aquellos momentos me hubiera servido mucho conocer el trabajo de Stephan Kaiser, un joven experto en el liderazgo y sobre todo su valiosísima opinión sobre los 7 mitos y verdades sobre el liderazgo, que ahora quiero compartir contigo.

 

 

 

1.    Mito: El líder nace.
Verdad: El líder se hace.

 

2.    Mito: Sólo pocas personas son líderes.
Verdad: Todos podemos ser líderes.

 

3.    Mito: Uno es así como uno es.
Verdad: No es cuestión de individualidad, es cuestión de habilidad

 

4.    Mito: Tú ya sabes todo lo que necesitas saber.
Verdad: No se trata de saber, se trata de ejercer.

 

5.    Mito: No necesitas ser un líder para ser exitoso.
Verdad: Toda persona exitosa es un líder.

 

6.    Mito: Ser un líder es difícil.
Verdad: Quien dice eso, nunca ha aprendido la estrategia correcta.

 

7.    Mito: El liderazgo viene con la posición.
Verdad: Gerencia viene con posición, liderazgo viene con seguidores.

 

 

 

Y si necesitas todavía más afirmación en el tema, te recomiendo que escuches el video “Las 7 verdades no contadas sobre el liderazgo en el nuevo milenio”

 


 

Ahora ya se, que ser un líder no es malo y que no significa necesariamente manipular a los demás, al contrario, aprender a ser un líder te permite liderar tu propia vida, como dice una de mis frases favoritas de Nelson Mandela: “Soy el amo de mi destino soy el capitán de mi alma.”

 

Ya es hora pues olvidarse de los mitos y tener en la mente las verdades para crear la vida que deseas, ¿no crees?